Citas tomadas del Evangelio de Bartolomé (Códice sabbítico de Jerusalén)- Libro apócrifo de textos griegos y latinos, tradc.
14. Al verle los apóstoles, cayeron en tierra sobre sus rostros y quedaron como muertos.
15. Mas Jesús se acercó a ellos, los levantó y les infundió ánimo. Y dice a Bartolomé; "Písale con tu propio pie en su cerviz y pregúntale cuáles eran sus obras hasta ahora y cómo engaña a los hombres"
16. Jesús estaba de pie con los demás apóstoles.
17. Y Bartolomé, temeroso, elevó su voz y dijo: "Sea bendecido desde ahora y para siempre el nombre de tu reino inmortal". Cuando esto hubo dicho, Jesús le exhortó de nuevo: "Anda, conculca a Belial en su cerviz" Entonces Bartolomé vino apresuradamente sobre Bial y le pisó en la cerviz, dejándole temblando.
18. Y Bartolomé huyó asustado, diciendo: "Déjame la orla de tus vestidos para que me atreva a acercarme a él"
19. Jesús le contesta: "Tú no puedes tomar la fimbria de mis vestidos, pues estos que lelvo ahora no son los mismos que llevaba antes de ser crucificado".
20. Le dice Bartolomé: "Tengo miedo, Señor, de que, así como no se compadeció de tus ángeles, de la misma manera me aplaste también a mi".
21. Responde Jesús: "¿Pero es que acaso no han venido todas las cosas al ser gracias a mi palabra y a la inteligencia de mi Padre? A Salomón se le sometieron los espíritus. Vete tú, pues, en mi nombre y le preguntas lo que quieras".
22. Y al hacer Bartolomé la señal de la cruz y orar a Jesús, sobrevino un incendio y los vestidos del apóstol se inflamaron.
Le dice entonces Jesús de nuevo: "Písale, comoo te dije, en la cerviz, de manera que puedas preguntarle cómo es su poder". Bartolomé, pues, se fue y le piso en la cerviz que tenía oculta hasta las orejas,
23. diciéndole: "Dime quíen eres tú y cuál es tu nombre".
24. Y él (Bartolomé) le aflojó un poco las ligaduras y le dijo: "Da cuenta de cuanto has hecho y estás haciendo".
25. Respondió Belial: "Al principio me llamaba Satanaíl, que quiere decir MENSAJERO DE DIOS. Mas, cuando no reconocí la imagen de Dios, mi nombre fue llamado Satanás, que quiere decir ángel guardían del Tártaro".
26. Bartolomé le dice de nuevo: "Manifiéstame todo sin ocultar nada".
27. Y él responde: "Te juro por la gloria de Dios que, aunque quisiera ocultarlo, me sería imposible. Está aquí presente el que me arguye. Y, si me fuera posible,os haría desaparecer a todos de la misma manera que lo hice con aquel de entre vosotros que os predicó"
28. "Yo también fui llamado primer ángel, porque cuando Dios hizo el cielo y la tierra, tomó un puñado de fuego y me formó a mí el primero".
29. "el segundo a Miguel, el tercero a Gabriel, el cuarto a Rafael, el quinto a Uriel, el sexto a Xathanael y otros seis mil ángeles, cuyos nombres me es imposible pronunciar, pues son los lictores de Dios y me flagelan siete veces cada día y siete veces cada noche. No me dejan un momento y son los encargados de cercenar mis fuerzas. Los dos ángeles vengadores son estos que están ante la faz del trono de Dios. Ellos fueron creados los primeros".
30. "Después de éstos fue creada la multitud de los ángeles: en el primer cielo hay cien miríadas; en el segundo, cien miríadas; en el tercero, cien míriadas; en el cuarto, cien miríadas; en el quinto, cien miríadas; en el sexto, cien miríadas; en el séptimo, cien miríadas. Fuera del ámbito de los siete cielos está el primer firmamento, donde residen las potestades que ejercen su actividad sobre los hombres".
31. "Hay también otros cuatro ángeles: Uno es el Bóreas, cuyo nombre es …vroil (Cherum). Tiene en su mano una vara de fuego y hace cesar la fuerza que la humedad ejerce sobre la tierra, para que ésta no llegue a secarse".
32. "Otro ángel está en el Aquilón, cuyo nombre es Elvisthá".
33. "Etalfatha tiene a su cargo el Aquilón. Y ambos, contando a Mauch, que está en el Bóreas, sostienen en sus manos antorchas encendidas y varas de fuego para contrarrestar su frío, el de los vientos, de manera que no se seque la tierra y perezca el mundo".
33-34. "cedor se cuida del Austro, para que el sol no perturbe a la tierra, pues Lenevior apaga la llama que sale de la boca de aquél para que ésta no sea abrasada".
35. "Hay otro ángel que ejerce dominio sobre el mar y abate el empuje de sus olas.
36. "Lo demás no estoy dispuesto a manifestártelo".
37. Entonces le dice el apóstol Bartolomé: "Anda, dime, malhechor y mentiroso, ladrón desde el principio, lleno de amargura, engaño, envidia y astucia, viejo reptil marrullero, lobo rapaz, ¿Cómo te las arreglas para embaucar a los hombres, de modo que dejen al Dios vivo, creador de todas las cosas, que hizo el cielo y la tierra y todo lo que en ellos está contenido? Pues tú siempre eres enemigo del género humano". […….]
40. Y le dijo el Anticristo: "Te lo diré. He aquí que sube una rueda del abismo y tiene siete cuchillos de fuego. El primero de éstos tiene doce canales".
41. Y le preguntó Bartolomé: "¿Quiénes están en los cuchillos?"
42. Respondió el Anticristo: "Al canal ígneo situado en el primer cuchillo van a parar los dados al sortilegio, a la adivinación y al arte de encantamiento, y también los que les dan oídos o les buscan, ya que la malicia de su corazón encontraron adivinaciones falsas. Al segundo canal de fuego van los blasfemos, que maldicen de Dios, de sus prójimos y de las Escrituras. Aquí vienen también los hechiceros y los que buscan o les dan crédito. Entre los míos se encuentran asimismo los suicidas, que se echan al agua, o se ahorcan, o se hieren con la espada. Todos éstos estarán conmigo. Al tercer canal van los homicidas, los que se dan a la idolatría y los que se dejan llevar por la avaricia o por la envidia, que fue la que me arrojó a mí del cielo a la tierra. A los demás canales van los perjuros, los ladrones, los soberbios, los ansiosos de usura, los que blasfeman de los espíritus, los que desechan a los peregrinos, los que no hacen limosna, los que no ayudan a los encarcelados, los que sirven con tibieza en la Iglesia, los calumniadores, los que no aman a sus prójimos y los demás pecadores que no buscan a Dios o le sirven con tibieza. A todos éstos les escandalizo yo a mi capricho".
43. Le dice entonces Bartolomé: "Dime, diablo mentiroso e insincero: ¿Haces estas cosas tú personalmente o por medio de tus semejantes?"
44. Le responde el Anticristo: "¡Oh si yo hubiera podido salir y hacer estas cosas por mi mismo! En tres días destruiría el mundo entero. Pero, desgraciadamente, ni yo ni ninguno de los que fueron arrojados juntamente conmigo podemos salir. Tenemos, sin embargo, otros ministros más débiles, que, a su vez, se atraen otros colegas, a los que endosamos nuestra vestimenta y les mandamos a poner insidias para que enreden a las almas de los hombres con mucha suavidad, halagándolas, para que sigan la embriaguez, la avaricia, la blasfemia, el homicidio, el hurto, la fornicación, la apostasía, la idolatría, la desviación de la Iglesia, el desprecio de la Cruz, el falso testimonio o, en fin, todo lo que Dios abomina. Esto es lo que nosotros hacemos. A unos les echamos al fuego, a otros les lanzamos desde los árboles para que se ahoguen; a unos les rompemos los pies o las manos, a otros les arrancamos los ojos. Estas y otras cosas más son las que hacemos. Les ofrecemos oro y plata y todo cuanto es codiciable en el mundo, y a aquellos que no conseguimos pequen despiertos les hacemos pecar dormidos". […]
45. "También te diré los nombres de los ángeles de Dios que no son contrarios. Uno de ellos se llama Mermeoth, que es el que domina las tempestades. Mis satélites le conuran y él les da permiso para que habiten donde quieran; mas, al volverse, se incendian. Hay otros cincuenta ángeles que tienen bajo su poder el rayo. Cuando algún espíritu de entre nosotros quisiera salir por el mar o por la tierra, estos ángeles envian contra él una descarga de piedra. Con la cual prende el fuego y se abren las rocas y los árboles. Y, cuando han podido dar con nosotros, nos persiguen, siguiendo el mandato de Aquel a quien sirven. Gracias a este mandato, tú puedes ejercer poderío sobre mí, por lo que me veo obligado, bien a pesar mío, a manifestarte el secreto y las cosas que no pensé decirte".
Le pregunta de nuevo Bartolomé: "¿Qué es lo que has hecho y qué es lo que sigues haciendo todavía? Manifiéstamelo". Satanás responde: "Tenía pensado no manifestarte todo el secreto,pero, por Aquel que preside el Universo, cuya cruz me cautivó, no puedo ocultarte nada". [….]
50. Y dijo el Señor Jesús al apóstol Bartolomé: "Aflójale las ligaduras y mándale que vuelva a su sitio hasta la venida del Seños. Lo demás, ya me encargaré yo de revelároslo a vosotros. Porque es necesario nacer de nuevo para que aquellos que vencieron en la prueba puedan entrar en el reino de los cielos, de donde fue derrocado este enemigo por su soberbia juntamente con aquellos de cuyo consejo se servía".
51. Después de esto, dijo el apóstol Bartolomé al Anticristo: "Vuélvete, condenado y enemigo de los hombres, al abismo hasta la venida de Nuestro Señor Jesucristo, el cual ha de venir a juzgar a vivos y muertos y al mundo entero por medio del fuego y a condenarte a ti con todos tus semejantes. No pretendas de aquí en adelante seguir practicando eso que te has visto obligado a manifestar".
Entonces Satanás, lanzando, como un león, voces mezcladas con rugidos y gemidos, dijo: "¡Ay de mí, que me he servido de mujeres para engañar a muchos y yo mismo he venido a ser burlado por una virgen! Ahora me veo aherrojado y atado con cadenas de fuego por el Hijo de ésta y estoy ardiendo de mala manera. ¡Oh virginidad, que me eres siempre contraria! Todavía no han pasado los siete mil años. ¿Cómo es, pues, que me he visto condenado a confesar las cosas que acabo de decir?"… [….]
52. Entonces el apóstol Bartolomé, admirando la audacia del enemigo y confiando en el poder del Salvador, dice a Satán: "Manifiéstame, inmundísimo demonio, la causa por la que fuiste derrocado de lo más alto del cielo; pues me diste palabra de decirme todo".
53. El diablo respondió y dijo: "Cuando Dios se propuso formar a su imagen a Adán, padre de los hombres, mandó a cuatro ángeles que trajeran tierra de las cuatro partes del globo y agua de los cuatro ríos del paraíso. Yo me encontraba a la sazón en el mundo, y el hombre llegó a ser un animal viviente en los cuatro rincones de la tierra donde yo no estaba. Entonces Dios le bendijo porque era su imagen. Después vinieron a rendirle sus homenajes Miguel, Gabriel y Uriel".
54. "Cuando yo retorné del mundo, me dijo el arcángel Miguel: Adora esa figura que ha hecho Dios según su beneplácito. Yo me di cuenta de que había sido hecho de barro y dije: Yo fui hecho de fuego y agua y con anterioridad a éste; yo no adoro al barro de la tierra".
55. "De nuevo me dijo Miguel: Adórale, no sea que el Señor se vaya a enfadar contra ti. Yo repliqué: El Señor no se aíra contra mi. Yo voy a poner mi trono contra el suyo. Entonces Dios se enfureció contra mí, mandó abrir las compuertas del cielo y me arrojó a la tierra".
56. "Después que yo fui arrojado, preguntó el Señor a los demás ángeles que estaban a mis órdenes si estaban dispuestos a rendirse ante la obra que Él había hecho con sus manos. Mas ellos dijieron: Así como hemos visto que nuestro jefe no doblaba su cerviz de la misma manera nosotros no adoraremos a un ser inferior a nosotros. En aquel momento fueron también ellos derrocados conmigo".
57. "Y nos quedamos dormidos durante un período de cuarenta años. Yo, al despertarme, me di cuenta de los que estaban debajo de mí durmiendo,
58. y les desperté siguiendo mi capricho. Después tomé acuerdo con ellos para ver cómo embaucar al hombre por cuya causa fui yo arrojado del cielo".
59. "Y, tomada, la resolución, entendí cómo podía seducirle: Tomé unas hojas de higuera en mis manos, sequé con ellas el sudor de mi pecho y de mis sobacos y las arrojé a la corriente. Eva entonces, al beber, encontró el deseo carnal y se le ofreció a su marido. A ambos les pareció dulce su sabor y no cayeron en la cuenta de lo amargo que era por haber prevaricado. De no haber bebido ellos de esta agua, jamás pudiera yo haberles embaucado, y no tenía yo a mano otro medio para poder prevalecer sobre ellos sino éste". […]
60. Entonces el apóstol Bartolomé se puso a orar diciendo: "¡Oh Señor Jesucristo! Mándale que entre en el infierno, porque se pone insolente contra mi". Y dice el Señor Jesucristo a Satán: "Vete, desciende al abismo y estate allí hasta mi llegada". Y al instante desapareció el diablo.
CITA BIBLIOGRÁFICA:
"Los Evangelios Apócrifos" Estudios introductorios y versión de los textos originales por Aurelio de Santos Otero. (Segunda Impresión)- BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS, Madrid-2002.